jueves, 16 de junio de 2011

"El Cachafaz", mezcla de comida y un sensual tango

Por una de las transitadas calles de Providencia, Guardia Vieja, se esconde "El Cachafaz", un restobar donde la comida se mezcla con las ganas de disfrutar de una sensual y romántica pieza de tango.



Por Montserrat Olave y Michelle Ferruz

Los detalles sobresalen en la pared y las fotos de Gardel también. Por un pasillo se llega a la pista de baile que es el centro del lugar; y después de esta, está el escenario en una esquina. Pareciera que la estructura es un collage de materiales, encima de estos hay afiches, fotos, dibujos, ilustraciones, entre muchas decoraciones más. Todo con un estilo casual, desordenado.


Las personas que van a El Cachafaz son de toda edad, treintones, cuarentones, cincuentones y más. Ellos comen y bailan. Si quieren bailan y si no, observan. Es de esos lugares donde las clases de tango, la comida y el baile están a la orden de la noche.

Los discos de vinilo cuelgan en el techo y un piano de madera acoge al que se inserta. Una bandera de Argentina en la caja, donde se paga, da la bienvenida. A mitad de pasillo hay una escalera iluminada que lleva al segundo piso, donde hay un pequeño escenario, que es el teatro.

Hace 14 años, Jorge Alis, fundó este lugar. Empezó con clases de tango, luego con el restaurant, hasta que todo se complementó y se convirtió en lo que es hoy. “Es una mezcla de cabaret, restobar y tango”, dice. Tiene 44 años, es actor y profesor de tango. Es dueño de los dos Cachafaz que hay, el de providencia y el de Bellavista; sin embargo, prefiere el primero porque el segundo “no es tan cabaret como este”, cuenta.


A las diez de la noche llegan personas que saben bailar tango, vienen a comer y a la milonga, que es de lunes a sábado. En ese momento, Hugo Cruz, cantante y compositor, se sube al escenario y empieza a cantar, pareciera que es un argentino apasionado; pero no, es chileno. La gente se para, deja el plato a medio comer y se pone a bailar. Como si fueran bailarines profesionales recorren la pista de baile, con pasos típicos. Los pies de las mujeres que bailan se mueven rápido y fugazmente, como si no pisaran el suelo.

Jorge recibe a los que llegan, no se queda quieto, como dueño del lugar quiere todo en orden. O en desorden. Hasta que finalmente, cerca de las once y media de la noche, se sienta a comer y al mismo tiempo a mirar a las parejas que bailan, como si fuera el origen de este baile, un cabaret.

¡Haz click en la presentación y conoce mediante fotografías a "El Cachafaz"!

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