ENTREVISTAS

De Japón a Europa, de Europa a Chile, Kana Nakao:
Cuando la danza no tiene banderas

De origen japonés, ganó el APES el año 2009 como mejor bailarina solista. Estudió danza en Kioto, Austria, Alemania, Francia y Hungría, y llegó a Chile tras la caída del Muro de Berlín. En nuestro país, ha consagrado su carrera en el Ballet de Santiago del Teatro Municipal y actualmente en el  Ballet Nacional Chileno.

Por equipo SantiagoBaila

"Sinfonía Fantástica", fotos de J.L. Valdivia


En un café del centro de Santiago, vestida de sutil negro y con lentes ópticos que nunca veremos en el escenario, Kana Nakao conversa con SantiagoBaila sobre su pasión: la danza. Es pequeña, delgada, sencilla y disciplinada. La bailarina nacida en Japón hace 42 años, hoy muestra su talento sobre escenarios chilenos y su buen sentido del humor fuera de ellos.
¿Cuáles fueron tus primeras aproximaciones con la danza?
Cuando tenía tres años recuerdo que vi “Romeo y Julieta” y dije: “Voy a ser bailarina”.  Pero recién a los ocho años ingresé a la academia del  Ballet Arima de Kyoto,
y durante cinco años estudié el método francés de técnica Académica de París Ópera. Ahí mi maestra me preguntó si de verdad quería ser bailarina profesional y respondí “sí”, y ella me dijo que debía ir a estudiar fuera de Japón, porque en Japón era muy difícil que se tomara enserio el baile. Aún no era catalogado como una profesión. En 1981 tomé un curso de baile de verano en la Escuela Casa Mía con Mariká Bezobrazova en Montecarlo. Volví a Japón. Luego viajé a Austria y a Alemania para perfeccionarme.

¿Tu familia ha estado siempre en Japón?
Sí, yo siempre he estado sola. Desde los 13 años nunca he estado con mi familia. Sólo la veo en las vacaciones.

¿Qué pasó con ellos en el terremoto?
No pasó nada, gracias a Dios no pasó nada.  Estuve allá en febrero y ya en marzo me vine y apareció esa noticia. Afortunadamente ellos viven en Kioto.

Volviendo a la danza, tú interpretas dos tipos: la contemporánea y la clásica, ¿cuál prefieres?
Ambos. No puedo decidirme por uno porque son tan diferentes. Gracias a Dios yo conozco ambas. He bailado las dos ramas. Acá en Chile son muy pocos los bailarines que pueden tener esa experiencia: o bailas clásico o bailas contemporáneo.

Según tu apreciación: ¿Cómo es el nivel de la danza en Chile comparado con Latinoamérica?
Muy bueno. La Compañía del Teatro Municipal tiene una de las compañías más firmes de Latinoamérica y el Ballet Nacional Chileno (Banch) tiene un color tan especial, que también es único. Eso es lo que me gusta. ¿Por qué estoy en el Banch? Por eso.

¿Por qué te viniste a Chile?
Fue una invitación, cuando terminé de estudiar y me gradué como Intérprete superior con mención en Danza en la Escuela de Ballet de Budapest, Hungría. Ese año se cayó el Muro de Berlín  y mi profesora vio  la gran diferencia que había entre unos países y otros. Las diferencias económicas eran enormes, pero la variedad no existía. El nivel de vida era bajísimo.  Se abrieron las puertas y ver las diferencias fue impresionante: quedamos en shock. En ese momento el director de danza de Hungría venía a Chile a trabajar como Director del Teatro Municipal de Santiago por dos años. Yo era como su hija, así que me preguntó si quería venirme a Chile con él.  Tuve que decidirlo dentro de 10 días. No tenía ningún plan, nada: no sabía nada de Chile, sólo que era largo y delgado  y que estaba lejos de Japón.  O me iba con él o  era imposible salir de Japón.
Cuando me vine a Chile, pensé: “Sudamérica. Chile es un país tropical en donde puedo olvidarme de la guerra, del frío, de todas esas cosas; en el invierno deben de haber 23 ó 24 grados. Y llegué en junio y casi me muero del frío, ríe.

¿Qué año llegaste a Chile?
El '89 con la democracia. Llegué y comencé a bailar en el Municipal, por seis años y medio.

¿Qué te gusta de Chile? ¿Por qué no volviste a Europa?
Tengo un cariño enorme hacia este país porque me ha entregado mucho. Chile me hace bien y no tengo ninguna razón para irme de aquí.

¿Te sientes chilena?
Chilena, no. Soy japonesa, pero siento que mi casa está en Chile, no en Japón.  Hace muchos años que vivo aquí, 23 años, y el trabajo me ha dado mucha suerte. Siento que llegué en el momento preciso, después estar en el Municipal, luego en el Banch. El trabajo se me ha hecho muy rico acá.

Cuándo estuviste en el Municipal trabajaste con  Marcia Haydée: ¿Cómo fue esa experiencia?
Maravillosa. Marcia, es como la Madre Teresa de nosotros. Me encanta ella y la sigo admirando. Si tengo algún problema ahora, yo sé que puedo contar con ella e ir a verla, y yo sé que me va a acoger. Hubo un período en que ella se fue del Municipal y para todos fue muy triste: quedamos en shock. Sentimos un vacío  y en ese momento te juro que pensé: “¿para qué voy a bailar más?”. Me desmotivé, y no quería nada de la danza, porque ella es un pilar muy influyente.

En ese momento se formó una unión entre el Municipal y el Banch, porque Edgardo Hartley dejó de bailar en el Municipal y asumió la dirección del Nacional (Banch). Él supo que yo estaba desmotivada y me invitó a bailar en su compañía. De alguna forma me rescató. Después de dos años que estuvo Hartley, llegó Gigi Caciuleanu de coreógrafo y años después a la dirección del Banch, hasta hoy, porque nosotros se lo pedimos. Siempre hemos tenido como compañía un feeling especial con Gigi.

¿Qué diferencia al Banch de otras compañías?
La diferencia es Gigi. Lo amo y adoro, estoy en el Banch por él, y yo creo que casi todos los de la Compañía piensan lo mismo. Recuerda que nosotros pedimos que él fuera nuestro director.

¿Cuál es tu  opinión sobre la llegada de Ernesto Ottone a la dirección del CEAC? (Centro de Extensión Artística Cultural de la Universidad de Chile)
Todavía no puedo opinar nada porque recién asumió. No ha habido ningún cambio. Hay que esperar para que se reformulen cosas. Nosotros como Compañía no lo conocemos, hay que esperar para ver qué quiere hacer, qué pretende. Todavía ni siquiera tenemos acordada  una reunión  para conversar, sólo se presentó.

Ganaste un Apes  el año 2009 a mejor bailarina solista: ¿Qué sientes con ese reconocimiento que te dio Chile?
El Apes me importa mucho. Me han nominado varias veces, pero no me lo dieron hasta ahora, por varias razones.

¿Cuáles?
Porque soy japonesa. Primero se les da a los chilenos.

¿Te sientes discriminada?
No, no me siento discriminada, yo lo entiendo. Entiendo que a los chilenos les quieran dar los premios primero. Para mi que me nominaran ya era gran cosa, así que feliz. Siento mucho agradecimiento.

¿Tienes algún proyecto para el próximo año?
Para mí es importante enseñar, porque Chile me ha regalado muchas cosas, mucho, mucho, mucho, mucho. ¿Y de qué otra mejor manera podría agradecerlo? Siento que tengo que devolverle y traspasarle mis conocimientos a otra generación. Esa es la mejor manera de decirle gracias a Chile.