Más de 50 personas disfrutaron por primera vez de la mezcla de la Cueca Urbana, interpretada por “Las Pecadoras de Melipilla”, y “La pasión del tango” en Gozatango de La Cisterna.
Por Gabriela Strahalm
Por: Las pecadoras |
Las luces bajas y un sonido envolvente de un tango que en 30 minutos no para. El dúo ganador del reciente Campeonato “Locos por el Tango”, Erika Urrutia y Theddy Lizama, pasa serio y concentrado a interpretar a la pista el baile sensual y sutil: giros, miradas y fuertes abrazos. Varios tangos sonaron, y repentinamente, una mezcla de ritmos cambiaron el ambiente del lugar: cumbia, salsa, boleros y rock & roll. Todos bailando.
Después de las 12 de la noche, pese a la lluvia y al frío, se sintió el calor y la picardía de la cueca chora. 30 minutos más de baile, donde el dueño de casa, Alejandro Fernandois, sacaba a la pista a los invitados al ritmo de “Las Pecadoras”: “Soy la mujer pecadora siempre la discriminada la felicidad buscaba todos me crucificaban (…)”.
“Fui invitada a bailar por el dueño de casa, dice Daniela Meza, cantante de “Las Pecadoras”. “Disfrute el dejarme llevar nada más que por él. Pocas veces o casi nunca dejo que un hombre guíe mi baile, pero ahora lo disfrutaba. Disfrutaba también sentir que todos quienes asistieron eran personas que han vivido mucho, que pertenecen a una época muy distinta a la nuestra en donde se baila pegado, muy cerca”, dijo. El grupo conformado por mujeres y hombres, canta cuecas con letras atrevidas y feministas: “Con la vida que llevo no cabe duda voy directo al infierno por mis diabluras”.
Por: Las pecadoras. |
“Yo no sabía mucho con respecto a la Cueca Brava. Todos pudimos bailar y disfrutar de un nuevo estilo desconocido para algunos, incluyéndome”, dijo Alejandro.
Siguió el bailable: cada media hora la música cambiaba su ritmo, siempre urbano y sensual; y lo que tienen en común la cueca y el tango, la conexión entre la pareja, el tacto, la mirada y la coquetería, que siguieron hasta pasadas las tres de la madrugada.
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